3 may 2011

En ningún plano

Me gusta ver tus fotos, repasarlas una y otra vez, mirarlas de nuevo.
Y al final, siempre la misma pregunta: ¿por qué diablos no estoy allí?

5 jul 2010

Vacío

Siento que en algún lugar del mundo, una parte de mí ha muerto.
Creo que en ese lugar, alguien simplemente me ha olvidado.
Y pienso que tal vez, sólo tal vez, ni siquiera me conocía.

13 jun 2010

Salto

El muchacho se levantó temprano. Desayunó despacio. Subió las escaleras pausadamente.

El muchacho asustó a los pájaros que se posaban sobre las cuerdas de la energía, mientras caía del quinto piso.

5 jun 2010

Carta de un hombre con miedo*

En este insomne estado, a esta hora de la madrugada, donde las emergencias del pensamiento le dan paso a lo importante, perturbadores fantasmas celan, me muestran de manera extraña lo apocalíptico del futuro.

Contemplar el ocaso de lo que con cuidado haz construido, no puede ser más que una visión horrorosa. Llegar a las decadentes postrimerías, las flores marchitas en un florero lujoso, imagen reprochable hasta para un romántico maldito.

El día de la loca de la casa

“Me he acostumbrado a ordenar los recuerdos de mi vida con un cómputo de novios y de libros”, fue lo primero que leí en aquel texto. La portada en blanco y negro mostraba a varias personas posando para una foto, pero quien más llamaba la atención era una niña que resaltaba con su vestido rosa. Era La loca de la casa.

Había llevado varios libros para leer y una agenda que me serviría de diario. No había logrado tocarlos por más de unos segundos siquiera. Cada vez que intentaba leer o escribir algo, su imagen y el futuro a su lado invadían mi cabeza. Hacía más de dos semanas que una asquerosa angustia me pesaba sobre los hombros y me había reducido prácticamente a ceros. Es lo que podría describir como tormento.

1 jun 2010

Siempre etérea

I
¿Ella? A ella le encantaba andar por toda la casa con las tetas al aire.
¿Él? A él le encantaba verla.
Ella descubría sus pechos, lo miraban, lo provocaban.
Él se escapaba del trabajo sólo para verla.
Se giraba en la cama sólo para verla.

II
La cama era cómoda. El suelo también.
El café caliente, como su sexo. Delicioso, como él, como ella.
Afuera el clima continuaba eternamente frío.
Ella quería salir, sentirlo en sus carnes libres.
Pero se aferró a la cama.

III
Él quiso tenerla de nuevo, una y otra vez. O sólo una vez.
Escaparse de nuevo, girarse de nuevo.
Pero ella ya no estaba. Ella se fue.
Lo besó en la boca, y se fue.